La Cruz Roja informa a tripulación que se dirige a la Antártida

Esa mañana hacía frío en Seattle, mientras Emily Woodford recorría en automóvil la Base de la Guardia Costera de los Estados Unidos en Seattle junto con su compañera voluntaria de la Cruz Roja Americana, Linda Burkett. Las guiaron a bordo del USCGC Polar Star, un enorme buque de más de cuatrocientos pies (unos 122 metros) de eslora y más de 11 000 toneladas, que la Guardia Costera de los Estados Unidos utiliza para romper el hielo en las regiones polares del mundo. Durante las siguientes horas, ambas ofrecerían sesiones informativas a unos 150 miembros de la Guardia Costera de los Estados Unidos que estaban programados para desplegarse en la Antártida, explicándoles cómo pueden utilizar la Red de Cuidado de Héroes de la Cruz Roja en situaciones de emergencia para ponerse en contacto con sus familias, incluso mientras están en alta mar y tan lejos como en la Antártida.

«Fui esposa de un miembro de la Marina, así que empatizo mucho con [sus familias]». «A veces, la falta de comunicación da miedo», explicó Emily, gerente de programa del equipo de Servicio a las Fuerzas Armadas (SAF, por sus siglas en inglés) de la Cruz Roja en la Región Noroeste.

Emily proviene de una familia de las fuerzas armadas numerosa. Su padre —explicó— sirvió en la Marina, mientras que tanto su hermano como su abuelo sirvieron en el Ejército. Cuando estaba embarazada de veintidós semanas, se sometió a una operación urgente para extirparle el apéndice, mientras su esposo, en ese momento, estaba desplegado en un submarino.

«Llegó a casa ese mismo viernes y yo pensé: “¡Dios mío, ya estás en casa!”» «¿Sabías que me habían quitado el apéndice?» «Y él, literalmente, me dice: “Sí”», explicó. «Y yo le dije: “Espera, si acabas de estar bajo el agua”». «¿Cómo sabes que me han quitado el apéndice?» Y él me responde: «Bueno, la Cruz Roja nos llamó».

Aunque se espera que el USCGC Polar Star disponga de wifi, a diferencia de los submarinos de la Marina, los miembros de la tripulación seguirán en un lugar extremadamente remoto, lejos de su hogar y en plena temporada festiva. Su misión será utilizar el buque para romper el hielo y abrir una ruta para que los buques de transporte puedan entregar materiales a la estación de investigación científica McMurdo en la Antártida. Emily y los equipos de la Cruz Roja apoyan esta misión brindando tranquilidad y asegurándose de que los miembros del servicio y sus familias sepan cómo pueden mantenerse en contacto en caso de que ocurra una emergencia o un acontecimiento importante en su vida.

«Uno de los aspectos más importantes, especialmente para los familiares, es entender qué se considera una emergencia... Entro en detalles, sobre todo con las familias», explicó Emily. «Y realmente hago hincapié en nuestra aplicación.» «Siempre recomiendo a todas las personas que la descarguen». «No se la recomiendo solo a los miembros del servicio, sino también a las familias, porque sirve para mucho más que simplemente iniciar un caso». «También puede encontrar recursos».

La información es tan importante que Emily y Linda han organizado una segunda sesión informativa virtual previa al despliegue para las familias de los miembros de la Guardia Costera de los Estados Unidos.

«Esto les da a todas las familias, sin importar dónde se encuentren, la oportunidad de escuchar la misma información y saber lo que necesitan saber, porque es importante», explicó Emily. «Como esa esposa de un miembro de la Marina que antes no podía contactar a mi esposo durante meses seguidos, es reconfortante saber que sus familias van a poder hacerlo».

En caso de una emergencia familiar, nuestra Red de Cuidado de Héroes proporciona información en tiempo real y mensajes verificados a los miembros del servicio y a sus mandos militares. También conecta a las familias con recursos y asistencia financiera en momentos de dificultad. Considere obtener más información o apoyar nuestra misión en CruzRojaAmericana.org/familias-de-las-fuerzas-armadas.