Este mes de Septiembre, conmemoramos el aniversario de cuatro huracanes devastadores que impactaron diferentes áreas en los Estados Unidos y en las Bahamas, en los últimos cuatro años: Huracanes Dorian, Florence, Irma, y María. Los esfuerzos mostrados por los voluntarios a través de la nación y en el Sur de la Florida, ayudaron a dar asistencia en cada una de esas tormentas. Cada respuesta a un desastre varia pero la constante durante esos tiempos difíciles sigue siendo la decisión de mostrar la dedicación por nuestros voluntarios cuando se les llama a la acción.
Durante cada uno de estos eventos catastróficos, la Cruz roja albergo, alimento y proveyó soporte emocional a las victimas de estos desastres, y mantuvo su compromiso de prevenir y aliviar el sufrimiento humano cuando se enfrenta a una emergencia.
El año 2017 fue un año devastador para huracanes. Estados Unidos y Puerto Rico vieron dos tormentas Categoría 5 y una Categoría 4, cada una de ellas dejo destrucción masiva. El 10 de Septiembre del 2017, el Huracán Irma golpeo como una tormenta de Categoría 4 a través de las Islas Vírgenes de Estados Unidos, la Florida y los estados del Sureste de la nación. La Cruz Roja y un equipo de socias permanecieron en la zona, con una respuesta continua y masiva de Alivio brindando refugio seguro, comida y dando consuelo a aquellas personas cuyas vidas se habían trastornado. Mas de 1.6 millones de comidas y bocadillos fueron servidos después de Irma.
Poco después, el 20 de Septiembre de 2017, el Huracán María devasto a Puerto Rico como una tormenta Categoría 5, convirtiéndose en el huracán mas intenso que haya azotado la zona en mas de 80 años. Desde que la Cruz Roja comenzó los proyectos de recuperación en el 2018, se han podido ofrecer soluciones en cuatro áreas claves: energía constante, agua potable, salud y resiliencia comunitarias.
El 14 de Septiembre del 2018, el Huracán Florence toco tierra a lo largo de la costa del sureste de Carolina del Norte y causo inundaciones devastadoras en gran parte del sureste de los Estados Unidos así como inundaciones importantes por marejadas en partes del este de Carolina del Norte. Como resultado de esto, mas de 6.300 viviendas fueron dañadas y destruidas.
Menos de un año después, en el 1 de Septiembre de 2019, el Huracán Dorian toco tierra trágicamente como tormenta de Categoría 5, golpeando las costas de las Bahamas como el desastre mas poderoso y destructivo que se haya registrado en las islas. Se arrastro lentamente sobre la tierra diezmando partes del país, causando inundaciones y daños extremos. La Cruz Roja proveyó de ayuda financiera a mas de 3.000 familias y sirvió mas de 560.000 comidas calientes.
Como Floridanos, estamos familiarizados con los esfuerzos de limpieza después de una tormenta, pero ¿cuales son las historias detrás de la escena que la mayoría no escuchamos?
Phill Brodeur, Líder de Planificación y del Equipo de Apoyo de Aplicaciones para la Cruz Roja en el Sur de La Florida cuenta con una Buena cantidad de historias de haber sido desplegado para los Huracanes Florence, Dorian, e Irma. Su función dentro de la Cruz Roja es proveer información grafica visual para que nuestro equipo de liderazgo pueda tomar decisiones criticas informadas para nuestros Equipos de Respuesta a Desastres, antes, durante y después de una tormenta.
“Estudiamos la situación meteorológica, ¿Dónde se esta acercando una tormenta o huracán? ¿Cuáles son los campos de viento? ¿Cuál es el daño potencial? ¿Dónde podría estar la marejada ciclónica?”, dice Phill. Su función ayuda a hacer predicciones que son cruciales para dar una mejor asistencia al publico en la preparación para una tormenta.
Phill se involucro por primera vez con la Cruz Roja en el 2014 trabajando en el Servicio de Tecnología para Desastres luego se ofreció como voluntario para servir como oficial elegido de enlace, un rol que resultó critico en su respuesta durante ambos Huracanes Florence e Irma.
Cuando se le pregunto acerca de sus contribuciones durante esos huracane, Phill habla acerca del conjunto de habilidades necesarias mas allá de la experiencia y el conocimiento para brindar apoyo durante un despliegue para un huracán. “Pienso que la habilidad numero uno es escuchar, incluso cuando te dicen algo negativo. Escuchar y pensar son mas importantes que hablar,” dice el.
Phill fue enviado por dos semanas en Septiembre 2018 a Georgetown, Carolina de Sur para asistir con el Huracán Florence que estaba entrando. Su principal preocupación era la cantidad que se esperaba de Lluvia que podría poner a Georgetown y a sus residentes bajo 15 pies de agua. Con una tormenta que se acercaba y poco tiempo de sobra, Phill escucho las preocupaciones de los funcionarios locales y logro abrir dos refugios en menos de un día. Corriendo en contra del reloj para asegurar que los recursos y suministros necesarios fueran entregados en los refugios antes de que el Puente de conexión fuera cerrado por seguridad.
El dice, “La gente solo necesita respuestas, y si tu no tienes las respuestas, lo mejor que puedes decir es ‘te las conseguiré’”.
Los Desastres también demandan que los trabajadores de asistencia tengan la habilidad de improvisar. Phill utilizo esta destreza cuando fue enviado a West Palm Beach y después a Fort Myers en el 2017 para asistir a las victimas del Huracán Irma, considerado como el Huracán mas fuerte que toco tierra en los Estados Unidos desde el 2005.
Mientras se encontraba en la costa oeste de la Florida, se le pido a Phill que entregara 4,000 sándwiches en los refugios cercanos, una tarea de rutina durante la respuesta a un desastre. Para cuando la comida fue cargada en los vehículos de respuesta para emergencias, todos los refugios cercanos ya habían cerrado por la noche. No queriendo que la comida se desperdiciara, Phill y otro voluntario encontraron dos centros locales que aceptaran la donación y ellos entregaron esas comidas a unos destinatarios agradecidos. Luego vino el siguiente obstáculo, después Phill se dio cuenta que no tenían suficiente gasolina para regresar a casa y la estación de servicio mas cercana tenia líneas increíblemente largas.
Una vez mas, el tuvo que improvisar. Phill llamo a un amigo de la zona para pedirle consejo y fue informado de una gasolinera temporal cercana donde los vehículos de emergencia podían reabastecerse de combustible.
Su despliegue para el Huracán Dorian requirió que usara muchos sombreros. Phill nunca fue enviado a las Islas, pero se quedo en los Estados Unidos para ayudar aproximadamente 60 personas, quienes llegaron por barco a un refugio temporal en West Palm Beach.
“Tenían poco dinero y no tenían un lugar a donde ir porque sus casas fueron destruidas. Algunas personas ni siquiera tenían un pasaporte. Ellos estaban tratando de regresar a sus casas y mi trabajo fue proporcionarles información acerca de lo que estaba pasando en el terreno en las Bahamas y averiguar como podía ayudar la Cruz Roja,” se recuerda Phill. La Cruz Roja se asocio con Caridades Católicas y pudo proporcionar alojamiento temporal para los evacuados.
Mirando hacia atrás a lo que experimento durante estos desastres, Phill ha aprendido que nada es permanente en la vida. “Lidiar con un desastre es lidiar con el caos, por eso los planes cambian todo el tiempo,” afirma el.
Phill no toma nada por sentado en la vida. “Algunas veces me pongo emocional cuando pienso en lo bendecido que soy y lo que me ha mantenido en la Cruz Roja es ver la gratitud y el aprecio de aquellos que ayudamos,” dice Phill.
La Cruz Roja no podría cumplir con nuestra misión de salvar vidas sin el trabajo impecable de nuestros voluntarios, como Phill. Nosotros le agradecemos a el y a los innumerables otros que levantan su mano para ayudar a aquellos que lo necesiten. Para convertirse en un voluntario, visite hoy redcross.org/SFLvolunteer.
Written by Diana Bello, American Red Cross Public Affairs
Photos provided by Phill Brodeur