Foto suministrada por Milagros Ramos de su hogar cuando sufrió el incendio en Ponce.
Ponce, Puerto Rico- En la víspera de Reyes, un corto circuito causó una explosión y desató un incendio en la cocina de la casa de Milagros Ramos ubicada en el casco urbano de Ponce. Fue despertada de su siesta por un ruido fuerte y al llegar a la puerta de su cuarto, vio todo el techo de su hogar en llamas. Intentó salir, pero al abrir la puerta hizo que se propagara aún más el fuego. Presa del pánico por el calor y la realización de lo que ocurría, comenzó a pedir auxilio desde su balcón mientras que las llamas se esparcían en el interior de su casa. Con el hogar que conoce y ama en llamas, apenas tuvo un momento para procesar la situación. “Todo ocurrió muy rápido. Yo al escuchar el ruido pensé en recoger lo que se cayó y volver a dormir. Dado a que no fue así, no me dio oportunidad de ponerme ni zapatos”, expresó Milagros.
Vecinos acudieron como refuerzo mientras uno trataba abrir el portón. Milagros aún no se explica cómo fue capaz de lograr escapar e incluso, no se atrevía mirar hacia atrás y ver que su hogar, construida por su padre, estaba en llamas. Luego fue llevada al hospital donde estuvo 15 días bajo cuidado médico debido a las quemaduras de segundo y tercer grado provocadas por el voraz incendio que consumió su hogar.
En menos de 24 horas, la solidaridad dijo presente con los voluntarios del Equipo de Acción ante Desastres de la Cruz Roja quienes respondieron para proveer asistencia inmediata. En este caso, debido a que el padre de Milagros fue veterano, personal del área de Servicio a las Fuerzas Armadas intervinieron para apoyar con apoyo emocional a su hermana y le brindaron orientación para solicitar ayuda adicional en agencias municipales y otras organizaciones sin fines de lucro. "Estoy tan agradecida. Los voluntarios de la Cruz Roja han estado muy atentos desde el día uno hasta hoy. Jamás se me olvidará que la primera ayuda que recibí fue de ustedes", comentó.
Actualmente, vive en un apartamento con su hija y sus tres nietos quienes no la han dejado sola en este proceso. Aun así, no deja de extrañar su hogar que tenía tanto valor sentimental, pero acude al buen corazón de la comunidad de volver a construir su hogar. “Las quemaduras sanan, lo más importante es que estoy viva y que miw hija aún puede ver a su madre”, finalizó Milagros.
La ayuda que ofrece la Cruz Roja en tiempos de desastres es gratuita, gracias a la generosidad de los donantes. En Puerto Rico, los voluntarios de la Cruz Roja Americana atienden un promedio de 229 fuegos al año. Si conoce de alguien que sufra un fuego en su hogar u otro desastre, indíquele que llame a la Cruz Roja Americana Capítulo de Puerto Rico al 787-758-8150 y marque el 1.