“Aprendí que cuando venga un huracán, como el huracán María hay que prepararse y preparar todas las cosas como: batería para la linterna, un radio, cepillo de dientes, pasta, una manta, un peluche y un kit de primeros auxilios que tienen curita para curarte” dijo Britney refiriéndose a lo que aprendió en el taller de Mi Funda de almohada.
Mi Funda de Almohada es un programa nacional que se ofrece en escuelas, programas extracurriculares, campamentos de verano y otros programas y eventos para niños. Se les enseña a los estudiantes de 3º a 5º grado y sus familias cómo prepararse para los desastres. El plan de estudios está estructurado por tres principios básicos: aprender, practicar y compartir. Los estudiantes aprenden sobre los peligros, cómo prepararse para emergencias, mejorar las habilidades de afrontamiento, practicar lo que han aprendido y compartir sus conocimientos con amigos y familiares. Además, el programa enfatiza la importancia de practicar acciones de protección, desarrollar un plan de comunicaciones de emergencia y practicar un simulacro de incendio en el hogar. También enseña a los estudiantes a cómo crear su propio kit de suministros de emergencia al empacar artículos esenciales en la funda de almohada para facilitarle al niño el transporte durante una emergencia.
Durante el huracán María Britney y su familia permanecieron en su hogar. Las ventanas estaban cubiertas con tormenteras y el techo, que era y sigue siendo de zinc fue amarrado con soga y clavos, Gracias al papá. “Cuando viró el huracán tuvimos que salir junto, mis seis hijos y tres muchachos más para la casa del vecino, quien nos ayudó a cruzar por la cuesta, del barrio Hato Arriba de Arecibo, y recuerdo que Britney estaba llorando de miedo”. Exclamó Yessenia, Madre de Britney, estudiante de la escuela Luis Muñoz Marín de Arecibo.
La estudiante de nueve años nos contó que una de sus partes favoritas del taller fue cuando el tallerista mando a inhalar y exhalar el color favorito, en este caso el rosa (inhalando) y el color que menos le gustaba que es el negro (exhalando). Esta práctica los ayuda (a los niños) y enseña a cómo olvidarse de los problemas de su alrededor además de relajarlos.
Durante este taller los niños dibujan un esquema con las salidas que tienen sus hogares en caso de emergencia. Se espera que ellos como sus padres salgan en menos de dos minutos de sus hogares. “Si me encontraba una puerta cerrada la tenía que tocar con el brazo y cuando este afuera debía llamar a los bomberos al 9-1-1” comentó Britney.
Yessenia nos contó alegremente como su hija llegó a su casa a explicarle a ella y su esposo lo que aprendió en la escuela a través del programa de recuperación de la Cruz Roja Americana. Les explicó el cómo deben prepararse para cualquier tipo de emergencia mostrando y terminando de dibujar, con un poco de ayuda de su padre, lo que se debe guardar en la funda de almohada. “Me encanto, ahora estamos más preparados (refiriéndose a la familia), compramos baterías, agua, jugo y comida enlatada.
Por otro lado, la escuela Luis Muñoz Marín es parte del pilar de energía del programa de recuperación de la Cruz Roja Americana quienes se encarga de instalar micro redes solares en las escuelas para que en cualquier tipo de emergencia como un huracán o un apagón la escuela pueda continuar dando clases y los refugios puedan estar aptos para recibir a las personas. “Es una iniciativa maravillosa, porque nos ahorramos energía y los chicos podrán seguir estudiando”, dijo Yessenia.