“La alegría de todos nosotros es que sabemos que, si viniera un fenómeno natural, vamos a poder ofrecer los servicios. Van a poder continuar con las clases y tendrán el acceso para ir a los baños tranquilamente y se le va a poder ofrecer, a los estudiantes y la comunidad, el desayuno, almuerzo y cena. Eso es lo que se reflejó cuando vimos que el sistema funcionaba”, dijo Blanca González, directora de la Escuela Angelita Delgado Sella del municipio de Lares.
Esta escuela, que lleva veintiún años como parte del sistema educativo de Puerto Rico, cuenta con la instalación de micro redes solares ubicada en el techo, gracias al proyecto de recuperación de la Cruz Roja Americana. Estas placas energizan ocho salones, dos baños y el comedor escolar que también cuenta con un baño. Además, las baterías de este sistema están en el área del almacén del comedor.
Entre abril y mayo de 2019, la escuela pudo ver cómo trabaja el sistema, ya que se fue la luz en el plantel escolar. Nos cuenta Ramón Arroyo, maestro de educación especial de esta escuela, que automáticamente los ocho salones se quedaron prendidos incluyendo el comedor escolar. “Si no es que le dije a las muchachas del comedor que se fue la luz, ellas no se hubieran dado cuenta”, añadió Ramón. Este día los estudiantes se fueron tiempo después de la hora del almuerzo.
Lo más que les preocupaba a Blanca y a Ramón era el comedor; porque esta escuela, que cuenta con una matrícula de 452 estudiantes, tiene un 89 por ciento de nivel de pobreza. Muchas veces la comida que le sirven a los estudiantes en el comedor es la única comida que comen caliente. “Imagínate en una época donde no había electricidad, donde no había nada, ellos preferían estar aquí comer su comida caliente y por la tarde pues que sus papás les tuvieran cualquier cosa”, expresó Ramón. Por su parte, Blanca añadió, “esto es dicho por los estudiantes. Cuando llegan a sus hogares lo que le dan es pan con leche o café, o sopa, por la situación económica”.
A lo último de esta entrevista Blanca, quien atendió en la escuela a 52 refugiados y les cocinó las tres comidas del día con la luz de un celular, agradeció infinitamente el que la Cruz Roja Americana haya pensado en los niños de la Escuela Angelita Delgado Sella y en la comunidad en general, ya que todos se benefician de este proyecto.