Turquía: Los equipos de la Media Luna Roja ofrecen consuelo mientras comunidades enteras afrontan traumas significativos

Por Susan Malindrino, Cruz Roja Americana, actualmente desplegada en Turquía con la IFRC para apoyar a los equipos internacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que responden a los devastadores terremotos.

De pie frente a una comunidad para personas desplazadas en la provincia de Hatay, Turquía, Tildiz Ipek comparte que hoy es su cumpleaños. "Hoy tengo 18 años", dice.

"¿¡Tu cumpleaños !?" El personal de la Media Luna Roja grita y canta la canción de cumpleaños: "Iyi ki dogdun, Tildiz; Iyi ki dogdun, Tildiz; Iyi ki dogdun, Iyi ki dogdun; Iyi ki dogdun, Tildiz". Ella sonríe tímidamente y se tapa la boca. Los niños de todo el campamento se reúnen para unirse a cantar y aplaudir.

Cuando el ruido se calma, Tildiz muestra sus dibujos. Sus pinturas adornan el Centro Infantil de la Media Luna Roja Turca. Un autorretrato la muestra aguantandoun gato envuelto en una manta de dolor que muestra todas las áreas afectadas por el terremoto. Los edificios destruidos se pueden ver en la distancia. "Dibujar es mi manera de sentirme mejor", dice.

Ha pasado casi un mes desde que dos terremotos masivos sacudieron el sur de Turquía, matando a decenas de miles y desplazando a millones. Si bien algunas personas han huido, muchas continúan viviendo en la zona del terremoto, buscando refugio en centros de emergencia y campamentos de casas de campaña. Los afectados tienen las necesidades urgentes de refugio, salud, saneamiento, alimentos y agua. Muchos permanecen profundamente traumatizados por lo que han visto y todo lo que han perdido.

"Ayuda cuando siento..." Hace una pausa y mira hacia otro lado tratando de no llorar. "Supongo que me ayuda a entender lo difícil que ha sido".

Su hermana mayor, Aliye, de 20 años, dice que la familia ha luchado, pero es afortunada de que los cinco hijos sobrevivieron. "Este no es el caso de tantas familias aquí", dijo.

La psicóloga clínica de la Media Luna Roja Aise Sumeyye Dal dice que la historia de Tildiz es una representación rutinaria de lo que ella y sus colegas ven a diario. "Nuestro objetivo es reunirnos con los niños y ayudarlos a reducir sus niveles de estrés. Estamos jugando y ofreciendo primeros auxilios psicológicos a los niños que han sufrido traumas", dijo.

"Cuando no se satisfacen las necesidades básicas, existe una preocupación por el bienestar psicológico de una población afectada. Este es un trauma social a gran escala para comunidades enteras", dijo Aise.  

Según Aise, los equipos psicosociales de la Media Luna Roja que responden al desastre están viendo estrés postraumático y depresión en sus clientes. Ella dice que su preocupación es por toda la comunidad, pero está particularmente preocupada por los niños, ya que este trauma podría desencadenar problemas más grandes en el futuro.

"El trauma no es solo una cosa. Muchos niños han perdido a un padre o pariente cercano, sus rutinas se interrumpen y no tienen sus propias camas, sus juguetes o sus antiguas escuelas y amigos. Entonces, lo que tenemos es una serie de traumas compuestos para tantas personas afectadas por estos terremotos", dijo.

Tildiz y su hermana se sientan con los niños en el centro, dibujando y coloreando. Algunos dibujan a sus mascotas, otros dibujan autorretratos y la luz del sol. Tildiz dice que el arte es la única forma en que puede procesar todo lo que ha sucedido. Cuando se le pregunta si planea ser artista, dice, no está segura de lo que depara el futuro. "Solo sé que el arte me trae paz en este momento".

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