José Luis Negrón laboró en los departamentos de Programa de Juventud, Servicios Voluntarios y Recaudación de Fondos.
Desde pequeño, José Luis Negrón conocía qué era la Cruz Roja y cuál era su misión. Tomó cursos de primeros auxilios y se certificó como salvavidas a los 16 años. Varios años después, precisamente el 15 de agosto de 1989, comenzó un nuevo capítulo con la Cruz Roja Americana: esta vez como empleado.
“Incorporarme a la organización fue un paso natural para mí”, expresó José Luis quien tenía afinidad con los valores y la misión humanitaria de la Cruz Roja. Comenzó en el Programa de Juventud donde ayudó a desarrollar a muchos jóvenes voluntarios. Además, realizaba las coordinaciones de las convenciones del Programa de Juventud que se llevaban a cabo en aquel momento. Trabajó junto a quien fue voluntaria y miembro de Junta de Directores por muchos años, María Luisa Vigier de Correa; su mentora y mano derecha. Junto a María Luisa, quien falleció a finales de 2024, formaron un equipo de trabajo importante que dejó una huella en el capítulo.
Luego en el 1995, paso a ser parte del equipo de Recaudación de Fondos; departamento en el cual laboró hasta el día de hoy, 28 de febrero de 2025 cuando oficializa su retiro. Desde esta área, ayudó a desarrollar relaciones con donantes empresariales para la realización de campañas y galas a beneficio de la misión del capítulo.
De igual forma, a través de los años, también su aportación fue clave en el área de Respuesta en Desastres, donde participó en eventos significativos en la historia de Puerto Rico y de los Estados Unidos. Trabajó como asociado de Recaudación de Fondos en Relaciones Externas y en el área de Logística como supervisor de Donaciones en Especie en varios operativos de desastres. Entre ellos: el huracán Hugo en 1989, Marilyn en 1995, Hortense en 1996, Georges en 1998, Irma y María en 2017, los terremotos del suroeste en el 2020 y Fiona en el 2022. Sin embargo, su apoyo a la respuesta del huracán Katrina en agosto de 2005 fue un evento que todavía recuerda con precisión todo lo vivido. “Trabajé en un refugio, llamado Cajun Dome en Lafayette que albergaba a más de 4,000 personas. Ahí fungía como supervisor del In Kind Donations and Distribution por dos semanas y media”, puntualizó este villalbeño de nacimiento.
José Luis también se ha destacado como un guardián de la valiosa historia de la organización. Su profundo conocimiento y experiencia ha enriquecido a todos los compañeros/as y voluntarios/as que conversaron con él.
En fin, luego de trabajar bajo la dirección de pasados directores ejecutivos, Lucy Peterson, Julie Morgan, Pedro Negrón, Carmen Canino; y más recientemente, Lee Vanessa Feliciano, José Luis deja unas palabras finales para sus compañeros/as:
“Lo que más extrañaré es a las personas que confiaron en mí y me consideraron un recurso valioso. Les doy las gracias por ayudarme a ver las cosas con diferente perspectiva. Les deseo el mayor de los éxitos a todos y sigan adelante brindando un trabajo de excelencia”, finalizó.
José Luis, gracias por cada momento, por cada esfuerzo y por cada vida que has tocado. Te deseamos lo mejor en esta nueva etapa de tu vida, y sabes que eres y siempre serás parte de la familia de la Cruz Roja. ¡Felicidades en tu retiro!
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