"Desde que era una niña en la escuela, siempre supe que quería estar al servicio de los demás", comentó Lillian Vega, quien luego de 34 años y 8 meses de servicio en la Cruz Roja Americana, se retiró hoy viernes, 13 de diciembre de 2024, de la organización humanitaria.
Lillian, quien se desempeña como supervisora de Manufactura en Servicios Biomédicos, comenzó su vínculo con la Cruz Roja a una edad temprana. Recordó con cariño cómo en su escuela, específicamente en el segundo grado, participaba en el Consejo de Juventud de la Cruz Roja, donde vendía un pin o prendedor de la Cruz Roja a cinco centavos.
Su pasión por ayudar a los demás continuó con más fuerza. En su adolescencia, cuando llegó a Puerto Rico a los 12 años, asumió el rol de presidenta del consejo juvenil de la Cruz Roja en su escuela. Fue ese fervor por ayudar al prójimo lo que la llevó a unirse a la organización, siguiendo los pasos de su hermano, Enrique Vega, quien trabajaba en la Cruz Roja de Puerto Rico. En cuanto escuchó que se buscaban enfermeras, Lillian no dudó en solicitar y así comenzó su carrera en la Cruz Roja como enfermera práctica.
A lo largo de sus años de servicio, Lillian no solo se destacó en el área de enfermería, sino que también ocupó diversas posiciones, como líder de Equipo, coordinadora de Calidad, supervisora de Aféresis, supervisora de Manufactura y supervisora de Voluntarios. Su capacidad para adaptarse a distintas áreas y su dedicación incansable la han convertido en una pieza clave para la Cruz Roja en la isla.
A lo largo de su carrera, Lillian también ha tenido la oportunidad de servir como voluntaria de la Cruz Roja en el Hospital de Veteranos, donde conoció historias de veteranos de guerra, muchos de los cuales se sentían solos. "Ellos me daban las gracias por escucharlos, por acompañarlos", reflexionó Lillian. Para ella, los voluntarios son el corazón de la Cruz Roja y por eso los trata como parte de su familia.
Al reflexionar en su trayectoria cruzrojista, Lillian siente una gratitud profunda por todos los momentos vividos en su carrera. “Gracias a mis compañeros de trabajo y a todos los voluntarios por su apoyo constante. En todos estos años hemos tenido sus altos y bajos, pero lo más valioso son los recuerdos y la oportunidad de haber hecho una diferencia en las vidas de tantas personas", afirmó.
Luego de tantos años de carrera, esta profesional también reconoce la importancia de la flexibilidad ante los cambios que suelen ocurrir en las organizaciones, pero les ofrece a sus compañeros un mensaje de aliento: "No miren hacia atrás, sigan adelante. Los cambios son necesarios para mejorar nuestros servicios y seguir ofreciendo productos de sangre de calidad".
Con una vida dedicada al servicio de los demás, Lillian Vega deja un legado de compromiso, dedicación y humanidad en la Cruz Roja. Su historia es un claro ejemplo de cómo, a través del trabajo en equipo y el servicio desinteresado, se puede tocar la vida de muchos y transformar el mundo para mejor.
En nombre de todos los que formamos parte de Servicios Biomédicos y Servicios Humanitarios de la Región de Puerto Rico, le extendemos nuestro más sincero agradecimiento por su invaluable legado y dedicación; ¡ahora, a disfrutar el retiro!
Support all the urgent humanitarian needs of the American Red Cross.
Find a drive and schedule a blood donation appointment today.
Your time and talent can make a real difference in people’s lives. Discover the role that's right for you and join us today!