Durante más de 100 años, la Cruz Roja Americana ha estado capacitando a guardavidas y enseñando a las personas a nadar a través de su programa de natación y seguridad en el agua.
A través de los años se han emitido autorizaciones de Red Cross Water Safety InstructorTM a casi un millón y medio de personas entrenadas y calificadas que, en conjunto con proveedores acuáticos entrenados, han dado cursos permitiendo así que la Cruz Roja Americana emita millones de certificados en natación y de guardavidas a personas que han completado los cursos con éxito.
Más de 14 millones de guardavidas certificados por la Cruz Roja Americana han trabajado en piscinas, parques de agua y costas en todo el país. Debido a los avances en la tecnología hoy en día, partes de los cursos de Guardavidas e Instructor de Seguridad en el Agua tienen componentes de aprendizaje de simulación en línea y la aplicación gratuita Red Cross Swim tiene consejos y actividades para niños sobre cómo mantenerse seguro dentro y alrededor del agua.
CÓMO COMENZÓ TODO
A comienzos del siglo veinte, la cantidad de personas que moría por ahogamiento crecía y tenía el potencial de transformarse en una crisis nacional. Los accidentes en botes o transbordadores muchas veces resultaban en muertes por ahogamiento. Los salvavidas y botes salvavidas eran escasos, por lo que los ahogamientos eran altos. Los niños no tenían mucha supervisión en esta era, y una buena cantidad caía de los muelles y se ahogaba. Pocas familias tenían tiempo libre o la oportunidad de practicar deportes acuáticos, y la mayoría de las personas no tenía idea de cómo nadar.
En 1904 en Nueva York, un barco de rueda lateral, The General Slocum, llevaba más de 1,300 personas en una salida de la iglesia en el East River cerca de Manhattan cuando se incendió. Se quemó rápidamente, causando pánico masivo a bordo y haciendo que jóvenes y ancianos se lanzaran al agua. Más de 1,000 personas murieron en el desastre.
Esto angustió a un joven periodista de Rhode Island, Wilbert E. Longfellow, que se dio cuenta que el país enfrentaba un problema cada vez mayor y presentó nuevas iniciativas para la seguridad en el agua. Longfellow vio la necesidad de un programa nacional de natación y capacitación de guardavidas y participó en una cruzada individual para llevarlo a cabo.
En 1914, enlistó la participación de la Cruz Roja Americana para asegurar el éxito de este objetivo, “hacer que Estados Unidos sea resistente al agua”. El 1 de febrero de 1914, Longfellow comenzó con el programa de Seguridad en el agua de la Cruz Roja Americana y estableció el Cuerpo de Guardavidas de la Cruz Roja Americana.
Poco después, se estableció la primera estación de guardavidas en Pablo Beach, Florida y pronto le siguieron otras. El programa creció, y Longfellow viajó por el país como el solitario representante de campo que le enseñaba a los oficiales de policía, a los Boy Scouts y a los grupos de YMCA, así como también realizaba visitas a colegios y universidades. A medida que la demanda pública de entrenamiento en natación y de guardavidas se popularizaba, la cantidad de vidas que se perdían por ahogamiento disminuyó.
Para el momento en el que el país entró en la Primera Guerra Mundial, la base del programa estaba presente, y el Cuerpo de Guardavidas de la Cruz Roja Americana se mudó a los campamentos del ejército y las estaciones navales. El entorno era diferente, pero el desafío era el mismo: enseñar a los hombres en servicio a nadar y aquellos que ya eran buenos nadadores a salvar vidas. En 1922, la Cruz Roja Americana agregó escuelas acuáticas nacionales para entrenar y capacitar a instructores de seguridad en el agua y primeros auxilios. Para el principio de la Segunda Guerra Mundial los progresos incluyeron un nuevo tipo de natación, que se llamó natación funcional o de combate, para la protección y la eficiencia de las fuerzas armadas. La natación funcional estaba en uso pleno en todo el país en los meses posteriores a Pearl Harbor, y fue utilizada de manera extensiva en los Estados Unidos y en el exterior durante todo el conflicto.
La conciencia sobre la seguridad en el agua gradualmente se transformó en parte de la vida estadounidense a medida que el programa se extendió a cientos de capítulos de la Cruz Roja Americana y a todas partes del país.
Durante los siguientes 33 años, Longfellow trabajó con devoción y entusiasmo en el programa de seguridad nacional de la Cruz Roja Americana. Vio como la tasa de ahogamiento del país disminuyó a la mitad y fue testigo de la enorme explosión de popularidad de la natación, la navegación y otras actividades acuáticas, hasta el punto en que un estimado de 80 millones de estadounidenses participaba en alguna forma de recreación acuática.
La Cruz Roja Americana quiso que su mensaje trascendiera y más tarde crearon las fábulas de WHALE (Water Habits Are Learned Early, en inglés) de Longfellow para destacar la importancia de que los niños aprendan sobre la seguridad en el agua. En memoria de Longfellow (algunos lo llamaban su “ballena amigable”), una ballena azul se transformó en el símbolo del programa.
Luego de más de 100 años, el programa acuático de la Cruz Roja Americana continúa alcanzando a millones de estadounidenses a través de sus recursos de seguridad en el agua innovadores. La Cruz Roja Americana lazó una Aquatics Centennial Campaign (Campaña Acuática del Centenario, en inglés) el 20 de mayo de 2014 con la meta de reducir los ahogamientos en 50 comunidades en donde la tasa de ahogamiento es alta o donde existe una gran cantidad de ahogamientos. La meta es enseñarles a las personas de todas las edades a desempeñarse en el agua y saber cómo prevenir, reconocer y responder a emergencias acuáticas. Desarrollar a guardavidas e instructores de natación calificados en estas comunidades también es una prioridad para la sustentabilidad a largo plazo.
La Cruz Roja Americana y sus proveedores de entrenamiento enseñan a nadar a más de 2 millones de personas por año. La campaña ha ayudado a aumentar nuestro impacto brindando más de 100,000 conjuntos de lecciones de natación hasta ahora para niños y adultos que de otra manera no obtendrían esta capacitación que salva vidas. Aún continúa en vigencia.
Parte de la visión de la Cruz Roja Americana es asegurar que nuestras comunidades están listas y preparadas para las crisis y que siempre hay personas capacitadas disponibles para salvar vidas en una emergencia. Los Servicios de Capacitación de la Cruz Roja Americana trabajan incansablemente para llevar esta visión a la realidad.
Esta historia es parte de una serie histórica especial que marca el 140.º aniversario de la Cruz Roja Americana.
Acerca de la Cruz Roja Americana
La Cruz Roja Americana alberga, alimenta y ofrece apoyo emocional a las víctimas de desastres, suministra alrededor del 40 % de la sangre en el país, enseña habilidades que salvan vidas, distribuye ayuda humanitaria internacional y apoya a los miembros de las fuerzas armadas y sus familias. La Cruz Roja es una organización sin fines de lucro que depende de los voluntarios y de la generosidad del pueblo estadounidense para cumplir su misión. Para obtener más información, visite redcross.org o CruzRojaAmericana.org, o síganos en las redes sociales.
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