La rápida reacción de una pareja desató una cadena de momentos que salvaron vidas

Daniel y Katie Matthews estaban disfrutando de un espectáculo de comedia en Spokane, Washington, cuando notaron algo entre el público que no les pareció normal.

«Vi a una integrante del personal desbloquear su teléfono, marcar tres números y llevárselo a la oreja; eso me hizo pensar: "es el nueve uno uno"», dijo Daniel.

Daniel y su esposa, Katie, ambos enfermeros de urgencias, se dirigieron rápidamente hacia un hombre que se había desplomado de repente. Cuando llegaron hasta él, no le encontraron el pulso y vieron que no respiraba. Con un familiar cerca, la pareja comenzó de inmediato a practicar RCP.

«Era momento de ponerse manos a la obra», recordó Daniel, mientras él y su esposa se turnaban para realizar compresiones torácicas.

Cuando el acto de dos inspira a muchas personas

Brindar atención en un lugar lleno de gente distó mucho de ser fácil, pero su decisión de actuar provocó un efecto dominó. La sala quedó en silencio mientras la pareja se concentraba en salvar una vida, y el público se centraba en ayudarlos. «Otras personas se sumaron», dijo Katie. «La gente empezó a mover mesas y sillas para despejar el paso. Parecía que todo el mundo empezaba a hacerlo para que la gente pudiera acercarse y ayudar al paciente al que estábamos atendiendo».

Cuando llegaron los servicios de emergencia, ya se había despejado un camino para llegar hasta el hombre, que había recuperado la conciencia. La RCP temprana fue fundamental para mantenerlo con vida hasta que la atención médica especializada pudo hacerse cargo.

Al día siguiente del incidente, Daniel y Katie se enteraron de que el hombre estaba en el hospital y se encontraba estable, un desenlace que quizá no habría sido posible sin su rápida reacción y el apoyo de quienes los rodeaban.

Cuando cada segundo cuenta, sé la ayuda

Una de las razones más comunes por las que la gente no interviene en una emergencia es simple: no sabe cómo hacerlo. La falta de confianza o de conocimientos con demasiada frecuencia impide que las personas presentes ayuden a un vecino, amigo o ser querido que lo necesita, a pesar de que la RCP inmediata puede triplicar las probabilidades de supervivencia. Lamentablemente, solo cerca del cuarenta por ciento de las personas que sufren un paro cardíaco reciben RCP por parte de testigos presenciales.

Para Daniel y Katie, las habilidades que salvan vidas son casi instintivas, pero su mensaje para la gente en todas partes es sencillo: no necesitas un título de medicina para hacer RCP. «No hace falta que seas enfermero ni que trabajes en un hospital», dijo Daniel.

Por eso, aprender habilidades que salvan vidas puede tener un impacto extraordinario en los momentos que de verdad importan. Tan solo el año pasado, más de 260 personas recibieron un Premio Nacional por Salvar Vidas de la Cruz Roja por ayudar a salvar más de 150 vidas gracias a la capacitación que recibieron con la Cruz Roja.

«Aprende estas habilidades. Si no necesitas usarlas, considérate afortunado», dijo Daniel. «Si necesitas usarlo, tienes los conocimientos necesarios para brindar ayuda y no sentirte impotente en este tipo de situaciones».

Inscribirse en un curso que puede ayudar a salvar vidas es muy sencillo en CruzRojaAmericana.org/tomarunaclase.

Las emergencias se presentan de muchas formas, desde desastres como incendios, inundaciones y tormentas hasta crisis personales que afectan a pacientes hospitalizados y a familias de las fuerzas armadas. Cualquier donación, sin importar la cantidad, marca la diferencia, ya sea que alguien necesite ayuda después de un desastre, sangre que salva vidas, RCP o apoyo para comunicarse con un miembro del servicio militar desplegado durante una emergencia familiar. Puede aportar su solidaridad y esperanza haciendo una donación en CruzRojaAmericana.org/regalo.